CUATRO CALENDARIOS MÁS DE FRÍO (RELATO)

No creo que uno se pueda acostumbrar al frío en Bogotá. Santiago, mi hermano, se levanta a las cinco de la mañana todos los días, por ende él sabe mucho de ésta sensación.

Calentar el agua para bañar a Juan Esteban, su hijo, es lo primero que mi hermano hace. Luego, alista tanto la ropa de él como la de su pequeño de tres años, mientras su esposa permanece aún dormida.

Después de bañarse juntos, Santiago prepara el desayuno mientras Juanes Esteban literalmente se duerme de nuevo encima de la mesa. Al terminar de comer, ambos caminan hacia el jardín infantil donde Esteban permanece la mayor parte del día. A las ocho de la mañana, Santiago tiene que estar en su lugar de trabajo, una empresa exportadora de muebles al otro lado de la ciudad, en Chía. Allí, él se encarga de llamar telefónicamente a los proveedores de materias primas, usualmente tiene que lidiar con el mal genio de sus clientes como de su jefe.

En varias ocasiones, Santiago ha tenido en su mente planes de renunciar, pero cuando llega el instante de hacerlo, se arrepiente y regresa de nuevo a su puesto lleno de facturas donde está una foto de él con Esteban. Mi hermano necesita el dinero que recibe cada quincena para pagar el jardín de Esteban. Angélica, su esposa, gane seis veces más que él, como profesora en un prestigioso colegio en Bogotá, pero esto no sirve de nada.

Cuando finaliza su jornada de trabajo, él se va para la Universidad. Allí asiste a clase, aunque este semestre no haya cancelado por falta de recursos económicos. Santiago está en la universidad de seis de la tarde a nueve de la noche, él toma apuntes como cualquier otro estudiante, con la diferencia que si sigue así, tendrá el conocimiento necesario para un mejor trabajo más no para un cartón que lo acredite como Ingeniero de sistemas.

A las diez de la noche, Santiago llega a la casa. La Madre de Angélica, una señora de setenta y cinco años, cuida de Estenban desde que él sale del jardín a las tres de la tarde. Santiago toma a su hijo y lo acuesta en su cuarto, entre tanto Angélica observa la televisión en su alcoba. El cuarto de Esteban es un cuarto lleno de colores, con imágenes de hombre araña, Superman entre otros súper héroes, es un cuarto construido por Santiago mediante recortes de las revistas de comics que en el pasado fueron de él.

Santiago, sólo espera a que Esteban cumpla siete años, para que Estebancito pueda decidir según la ley colombiana con quien se quiere quedar, sin con su mamá o con su papá; debido a que Angélica cada día lo amenaza con la misma frase.

- Si usted no permanece conmigo, se va de la casa y se olvida para siempre de Juan.

Son las siete de la mañana y todavía tengo frío, veo en la distancia a Santiago y a mi sobrino, el cual está cubierto de pies a cabeza por abrigadas prendas. Hoy es domingo, hoy será la primera vez que Estebancito pueda hacer volar su cometa, el frío de una madrugada despejada nos asegura una mañana con mucho viento, la mejor del mes de Agosto.

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